Las jóvenes atacantes Clarivett Yllescas y Vivian Baella quienes se muestran como son: frescas, divertidas y sinceras. Como son todas las adolescentes. Famosas, tiernas, coquetas pero, sobre todo, niñas que llenaron de orgullo nuestros corazones. Ellas son dos símbolos de un equipo que emocionó a todos y que nos tuvo despiertos hasta altas horas de la noche durante el Mundial de Menores de Tailandia, donde quedaron en un meritorio sexto puesto.

VIVIAN BAELLA
¿Cómo te iniciaste en el vóley?
Fue cuando tenía nueve años y jugaba en mi colegio Lucila Portocarrero de Rioja. Fue mi mamá quien me inculcó esta disciplina, ya que ella había sido jugadora en algunos equipos.
¿Dónde te ubicas mejor en la cancha?
La posición cuatro (izquierda) me gusta bastante porque desde allí se puede definir un punto.
Si mañana recibieras una propuesta para jugar en el exterior, ¿te irías?
No pienso jugar en el extranjero aún. Siento que me queda mucho por crecer aquí en el Perú.
Dicen que rompes en el MSN y que varios chicos te piden que los agregues…
No le hago caso a nadie. En el messenger, algunos ponen fotos donde salen simpáticos y con un cuerpazo, así que les pido que prendan su cámara y muchas veces no son lo que dicen ser.
¿Te pareció raro Tailandia?
No mucho. Lo más extraño que vi fue en el aeropuerto de Tokio. Entré al baño y no había cadena sino botones de colores. Estaba apretando todos a la espera de que bajara el agua, pero no pasaba nada. Hasta que puse mi dedo sobre uno y sonó una canción.
¿Y en la cancha eres de trabajar a la “boquilla’ a las contrarias?
No me gusta, pero a veces nos hemos insultado. Las de Serbia nos decían de todo pero no las entendíamos. Nosotras igual, les recordábamos a sus seres queridos y solo nos miraban.
¿Los futbolistas te buscan?
No los conozco. Le preguntabas a mi amiga si le parece simpático Manco y yo te respondo que me parece un engreído, que la plata lo cambió.
CLARIVETT YLLESCAS
Imagino que muchos chicos deben mandarte saludos y correos declarándose. ¿Cómo los prefieres?
Nada especial pero, eso sí, que sean de mi tamaño o más altos.
¿Los chatos descartados?
Claro, porque después da vergüenza caminar a su lado. Al último le llevaba media cabeza, ja, ja, ja.
¿Tu papá lo conocía?
Sí, aunque no lo llevé a la casa. Él me iba a ver cuando jugaba y un día coincidió con mi familia en el coliseo. Les avisé que tenía chico y no se molestaron.
¿Saldrías con Reimond Manco?
Agggggg… Ese me parece mal educado. Entre los futbolistas conozco a Raúl Fernández, el arquero de la “U’. Una amiga chateaba con él y después cruzamos los correos; así empezó la amistad.
¿Sueñas con ser como una de las de Seúl 88?
No puedo decirte que sí porque jamás las vi. Tampoco he entrado a You Tube para verlas. Sin embargo, las respeto mucho por lo que dieron a la patria. Nosotras también quisiéramos conseguir logros así.
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